Una de las premisas del proyecto era transformar el antiguo local en un restaurante que invitara a entrar por su aspecto desenfadado y divertido
Restaurante Pan de Azúcar
Pero a la vez, sin descuidar la funcionalidad y los aspectos técnicos como evitar la reverberación acústica, de gran importancia con un tipo de clientela joven.
Como solución más atípica, se ha optado como revestimiento para el techo del restaurante por una manta de césped artificial en la que se han colocado unos perros de polietileno de la firma Magis.
La iluminación también ha sido tratada con especial atención, ya que gracias a los reguladores de intensidad y a la tecnología Led RGB se han conseguido distintos ambientes para las distintas franjas horarias.
Pero, sin duda, el mayor reto fue conseguir realizar la renovación de este local de unos 300 m2 en dos meses y medio.