Pureza y sencillez en los espacios, con ciertas reminiscencias al eclecticismo valenciano
La vivienda, ubicada en un edificio anodino de El Cabanyal, presentaba una carpintería exterior de madera, fachadas y zaguán en un estado deplorable y que había pasado por una deficiente rehabilitación en la parte posterior del edificio, que da a un gran patio de manzana.
Dotada de una gran terraza, las necesidades sugerían destinar ese espacio a zona de relax y de ocio, además de albergar allí el trastero, la galería y la sala técnica.
El nuevo pavimento realizado con madera de teka y la refección de todos los paramentos exteriores lograron convertir el espacio inicial en atractivo y acogedor.
En el interior se partió de cero, debido al mal estado del mismo y a la ausencia de tabiquería. La distribución tenía que dar cobertura a una familia joven con dos hijos de corta edad.
Finalmente, el programa de necesidades quedó conformado por dos dormitorios, dos cuartos de baño completos, salón, comedor, cocina con office y un estudio conectado al salón mediante dos grandes puertas correderas, que en un futuro puede transformarse en un dormitorio de niños.
Tras la culminación de los objetivos, el resultado final muestra como la pureza y sencillez en los espacios, con ciertas reminiscencias al eclecticismo valenciano, constituyeron la línea argumental de este proyecto.