En esta ocasión, una de las claves del éxito fue la confianza que el cliente depositó en el equipo de Ruaya. Este factor, de valor incalculable, nos facilitó en gran medida el ritmo frenético que se alcanzó en la toma de decisiones.
Restaurante Racó de Rafa
Partiendo de unas premisas principales, como la necesidad de una bodega y un comedor privado, además de los aseos, la cocina y la zona de recepción, diseñamos la distribución de las estancias.
En este sentido, también nos condicionó el hecho de dotar al local de un buen aislamiento acústico frente a la reverberación, para lo cual tuvimos que adaptar algunas de las soluciones estéticas previstas.
La iluminación general fue, desde el primer momento, una de las grandes protagonistas del restaurante.
Para culminar el trabajo, se desarrolló la imagen gráfica del restaurante, con el diseño de tarjetas de visita, cartas de menús y vinos, que corrió a cargo del equipo de la agencia de diseño Esteve Durbá.