El exitoso resultado de todo el proceso fue producto de una estrecha colaboración
Un reducido presupuesto fue la propuesta inicial de los propietarios de este primer piso de un edificio familiar, de la década de los 60, con notables deficiencias de habitabilidad.
Para lograr el objetivo, además de la intervención en el interior se actuó en la fachada, reformando esta parte del edificio y convirtiendo el balcón en parte del espacio habitable.
Ganarle estos metros a la vivienda, nos permitió cambiar la ubicación de la cocina y redistribuir las distintas dependencias.
El exitoso resultado de todo el proceso fue producto de una estrecha colaboración entre los proyectistas y los clientes, que llevaron un férreo seguimiento del diseño y de la obra.
En este caso, el tiempo invertido marca la diferencia entre lo que es fruto del estudio y lo meramente improvisado.